El escenario al que las empresas
se enfrentan en la actualidad ha variado mucho respeto al que imperaba hace
unos años. Cambios que se producen cada vez de un modo más intenso y rápido. Internacionalización,
desarrollo tecnológico acelerado o el aumento de la competencia son retos a los
que las empresas deben dar respuesta. Por tanto, también la formación de los
centros de FP. “Debemos formar a profesionales más especializados, con
capacidad para establecer relaciones con empresas de otros países, personas
emprendedoras y creativas y con una mayor capacidad de adaptación al cambio y
de aprendizaje a lo largo de su vida laboral”, subrayan desde Egibide, centro
educativo de ESO, Bachillerato y FP situado en Vitoria que cuenta con una de
las mayores ofertas de Formación Profesional y Formación para el Empleo de
Euskadi tras la integración hace dos años de Diocesanas y Jesús Obrero.
Todo esto ha supuesto importantes
modificaciones en la organización de los centros, avanzando hacia estructuras
más flexibles y ágiles, también en las metodologías empleadas en sus aulas y
talleres. Con un objetivo claro: ofrecer el nivel de profesionalización y
especialización que el mercado laboral demanda en la actualidad. Dar respuesta
a este nuevo perfil profesional requiere establecer nuevos modelos de
aprendizaje que favorezcan y faciliten el desarrollo profesional con nuevas
metodologías –activas, cercanas a la realidad empresarial, colaborativas-, del
desarrollo de capacidades transversales cada vez más necesarias –creatividad,
iniciativa, trabajo en equipo- y de una formación empresarial social.
“Otro aspecto importante a
considerar es la capacidad que nuestros alumnos y alumnas deben adquirir para
afrontar una realidad cada vez más globalizada. Resulta fundamental una buena
preparación idiomática unida a una actitud abierta a la colaboración con
empresas e instituciones de otros países. En nuestro caso, damos gran
importancia a los programas de formación en idiomas y a la realización de
prácticas en empresas europeas”, señala Xabier López de Santiago, director de
FP en Egibide.
Agentes activos
Para este responsable, el reto de
cara al futuro para los centros de Formación Profesional es convertirse en
agentes activos que contribuyan al desarrollo económico y social del país,
siendo apoyo y referencia de las propias personas y atendiendo a la competitividad
de nuestras empresas. Una labor en la que deben ir de la mano del resto de
agentes implicados como las administraciones públicas, universidades, empresas
y centros tecnológicos. “Es responsabilidad de todos poner en marcha una
formación más cercana a la realidad y a las necesidades actuales de las
empresas, y con ese objetivo en Egibide ya estamos desarrollando programas de
formación dual en alternancia con algunas de las principales empresas de
nuestro entorno, experiencias que van a consolidarse y a crecer en un futuro
próximo”, avanza López de Santiago. •
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