De la facultad a la FP
Los alumnos de Formación Profesional superior
suben un 35% desde el inicio de la crisis
Más barata y con salidas, se confirma como
alternativa a la Universidad
ELSA GARCÍA DE BLAS Madrid 16 FEB 2014 - 21:31
Ainhoa Serrano, madrileña de 24
años, cambió la carrera de Turismo en segundo curso por un ciclo de FP superior
de Integración Social cuando sus padres perdieron el empleo.
“Intenté ponerme a trabajar para pagar la matrícula y mis gastos, pero no me
salió nada. La carrera me costaba 700 euros al año. En casa somos cuatro y
ahora solo mi padre cobra el subsidio”, cuenta desde Málaga, adonde se mudó
para estudiar la Formación Profesional. Allí le sale prácticamente
gratis. Solo 1,20 euros de seguro escolar por curso, porque en Andalucía no han
subido las tasas, como en Madrid o Cataluña, donde ya cuesta en torno a los 400
euros. Pero incluso a pesar del aumento de tasas, la enseñanza superior no
universitaria ha despegado en alumnos coincidiendo con el estallido de la
crisis. Desde 2008 ha ganado un 35% de estudiantes. El descenso de alumnos
universitarios, aunque leve, no ha comenzado a notarse hasta hace dos años. En
los dos últimos cursos han bajado un 1,6%. Los datos apuntan a un cierto
trasvase de los campus a la FP.
Un total de 300.632 alumnos
cursan ahora un ciclo de FP superior en España (77.534 más de los que lo hacían
al comienzo de la crisis, en 2008). En la Universidad, este curso 2013- 2014
son 1.438.115 los matriculados, cerca de 19.000 menos que hace dos años. “Vengo
de la generación en la que ir a la Universidad era lo obvio. Si te preguntaban
qué querías hacer siempre contestabas que una carrera”, dice Ainhoa, a la que
tampoco hizo gracia tener que abandonar la facultad. La mayoría sigue
prefiriendo, de hecho, el camino universitario al de la enseñanza profesional.
El 64,8% de los que decide seguir estudiando tras la etapa obligatoria opta por
el Bachillerato frente al 35,2% que elige la Formación Profesional. Son 23
puntos de distancia con el promedio europeo (donde un 58% prefiere la FP).
Pero la crisis aprieta y el precio
de pasar por un campus ya no está al alcance de cualquiera. La subida media del
coste de una titulación en los dos últimos cursos alcanza casi el 20%. Estudiar
hoy un grado en una facultad pública cuesta de media 1.105 euros al año, pero
llega a los 2.000 euros en Cataluña o a los 1.500 en Madrid (y se queda en
torno a 700 en Galicia, la comunidad más barata) por las enormes diferencias
entre autonomías. En cambio, un título de FP superior, que también exige el
Bachillerato para entrar o una prueba específica y otorga un nivel de
cualificación ligeramente inferior al de graduado universitario, es mucho más
barato, incluso en las comunidades que han aplicado el tasazo.
1. Los
estudiantes de Formación Profesional Superior han aumentado un 35% en seis
años.
2.
300.632 alumnos cursan ahora un ciclo en España frente a 1.438.115 de
universitarios.
3.
Madrid, Cataluña y Aragón cobran tasas por estas enseñanzas, de hasta 400 euros
por curso. En Andalucía la cantidad se rebaja a apenas un euro de seguro escolar
por curso.
4. Hay
más de un centenar de títulos, como Animaciones 3D, Química industrial o
Artista fallero.
5. El
salario medio de un titulado de FP superior es de 15.417 euros frente a los
23.259 euros de media de los antiguos licenciados y los 19.697 euros de media
de los antiguos diplomados (hoy subsumidos en grados), según datos de 2010.
6. Un
64,8% de los que sigue estudiado tras la Educación Secundaria Obligatoria elige
el Bachillerato frente al 35,2% que prefiere la FP.
7. El
13,0% de la población de 30 a 34 años tiene un nivel de educación superior no
universitaria frente al 27,7% que tiene educación universitaria.
8. Se
prevé que en 2020 la mitad de los puestos de trabajo requieran una titulación
media mientras que un 35% necesitarán titulación superior.
9. El
40% de los titulados universitarios trabaja seis años después en un puesto
inferior a su nivel de estudios.
“A los que somos de familia
trabajadora nos cuesta mucho pagar unos estudios universitarios”, afirma Raúl
Rivas (24 años) que cursa el segundo año de un ciclo de FP superior de
Aplicaciones web en Leganés, Madrid. “Mi padre está en paro, mi madre
prejubilada y no pueden ayudarme a pagar mi formación, por eso elegí la FP”,
añade. Trabaja los fines de semana en un restaurante de comida rápida y con eso
se costea los 180 euros del curso. La subida a 400 euros del Gobierno madrileño
no le ha pillado porque ya está en segundo y ha empezado a aplicarse a los de
primero.
Pero no solo es el precio. La
Formación Profesional superior ofrece otras ventajas comparativas con la
Universidad, como su duración —el ciclo son dos años frente a los cuatro del
grado— y las prácticas profesionales que incluye de forma obligatoria, de unas
400 horas, que permiten a los estudiantes poner un pie en la empresa y abrir el
camino hacia el puesto de trabajo. “Es verdad que ahora menos, pero hace unos
años se nos colocaban casi todos en las prácticas”, cuenta Ildefonso Narro,
jefe de estudios del instituto Juan de Mairena, en Madrid.
Un estudio de inserción laboral
de los graduados en enseñanzas profesionales en Cataluña de este pasado enero,
que puede servir como radiografía a falta de datos nacionales, revela que la
tasa de paro del colectivo es inferior a la general de la comunidad: un 16,56%
está desempleado, frente al 24,53% de la población activa catalana.
“Es una pena que tenga que ser la
crisis la que ponga a la FP en su sitio”, lamenta Francisco de Asís Blas, que
la conoce en detalle como ex director general de FP que dirigió la reforma de
estos estudios incluida en la LOGSE en los noventa. “Es mejor enseñanza que la
universitaria. (...) Cuesta menos, tanto para el alumno como en recursos
públicos, sus planes de estudio preparan mejor para el trabajo, porque están
elaborados con expertos de los sistemas productivos, y se corresponde mejor con
las necesidades laborales del país”, sostiene.
Porque no hay tantos trabajos
cualificados como titulados universitarios. El 40% de los que acabaron la
carrera hace seis años está empleado en puestos por debajo de su nivel de
estudios, según un informe elaborado por el Ministerio de Educación y
presentado la semana pasada. “Nadie se atreve a decir que es un disparate que
no haya límites de plazas en las universidades. Pero los titulados se tienen
que corresponder con las ofertas de empleo de nuestro sistema productivo”,
defiende De Asís Blas. Es el modelo de la pirámide invertida que tenemos,
explica. “Que hay más capitanes que sargentos, y eso no tiene ningún sentido”.
Y el futuro laboral, lo dicen las
previsiones, requiere más sargentos que capitanes. Las estimaciones de empleo
para 2020 que presentó el ministerio en 2011 en el mapa de la oferta de la
formación profesional en España indican que, para entonces, el 50% de los
trabajos disponibles requerirán un nivel medio de cualificación, frente a un
35% de titulación superior. Aunque los titulados en FP de grado superior
obtienen una cualificación alta (el nivel medio es el Bachillerato o la FP de
grado medio), el informe dice también que los formados por FP superior, que son
especialistas pero también “polivalentes”, podrán dar respuesta a las
necesidades medias. O lo que es lo mismo: que tal vez encuentren un trabajo.