Aliados con el emprendizaje

Aliados con el emprendizaje

Las instituciones ponen a disposición de los emprendedores asesoramiento, formación y financiación para que el proyecto empresarial llegue a buen puerto.

El ayuntamiento de Vitoria ha puesto en marcha un amplio programa

 de formación especializada y becas para emprendedores.

Parece que hoy más que nunca el emprendizaje está de moda y en boca de todos. No obstante, no sólo es necesario un buen proyecto, en muchos casos se requiere financiación externa que en estos momentos es difícil de obtener de las entidades financieras. En ayuda de estos futuros empresarios, diversas instituciones ponen a su alcance recursos para que estos embriones de empresas se hagan realidad. Tanto el Gobierno central, el Ejecutivo vasco, las diputaciones e incluso entidades locales o mancomunidades se han volcado en asesorar y acompañar a aquellas personas que quieren poner en marcha una idea novedosa o con proyección de futuro.

El Ejecutivo autonómico ha puesto en marcha un plan de apoyo a la actividad emprendedora, de carácter interinstitucional y cuatrienal, en el que se recogen de forma coordinada y global los programas y actuaciones de impulso, promoción y fomento a realizar por las administraciones vascas en dicho ámbito.

Este plan –presentado el pasado mes de febrero- está directamente vinculado a los presupuestos ordinarios de varios departamentos del Gobierno vasco, los de Promoción Económica e Innovación de las tres diputaciones forales y de las sociedades públicas directamente implicadas (centros de empresa e innovación, Lanbide, UPV, etc.). Para el futuro, la idea que manejan sus promotores es apostar por una línea de inversión sostenida. Hasta 2016, cuando culmine su primera fase, se ha calculado que el presupuesto total alcanzará aproximadamente los 266 millones de euros.

A su vez, el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, ha destinado un millón de euros en los ejercicios 2013-2014 para apoyar a personas que cuenten con una idea definida de negocio y participen en proyectos locales de emprendizaje, que les permita dedicarse en exclusiva y durante un periodo de tres meses a la realización de las actuaciones necesarias para el inicio de la actividad empresarial. En concreto, son los propios municipios –a través de entidades de promoción del empleo- los que gestionan estas ayudas, que se concretan en 1.500 euros para cada receptor que se llevan a cabo en dos pagos una vez confirmado el plan de viabilidad y tras darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas.

La Diputación ha aumentado un 55%  las ayudas de `Álava emprende´

Apoyo en Álava

También la Diputación Foral de Álava incrementa en un 55% su línea de ayudas, que este año alcanzan los 700.000 euros. Se subvenciona hasta el 50% del presupuesto, con un límite máximo de 20.000 euros por proyecto y un importe mínimo de 1.500 euros. <<Debemos ayudar al tejido empresarial alavés al desarrollo de actividades de diversificación y de nuevas tecnologías, con alto valor añadido y gran potencial de crecimiento>>, destacó en la presentación de la edición 2014 de `Álava emprende´ el diputado general, Javier de Andrés. El año pasado, este programa recibió 120 candidaturas de las que 60 proyectos recibieron financiación.

Otros organismos también prestan un importante servicio en este ámbito. La Cámara de Álava apuesta por el asesoramiento con una ventanilla empresarial que cada año asesora a más de 750 emprendedores. En 2013, contribuyó a la creación de 127 empresas y 201 empleos.

Sin marcharnos de esta provincia, el Ayuntamiento de Vitoria impulsa el Plan Integral Personalizado de Apoyo al Emprendimiento, al que destina 400.000 euros y que este año amplia a tres convocatorias. Hasta 132 horas de formación especializada en áreas de emprendimiento como marketing para nuevas empresas, obligaciones legales, finanzas o habilidades personales, junto con 10 horas de asesoría personalizada para el desarrollo del plan de viabilidad de cada negocio. A los participantes les ofrece becas de 500 euros mensuales que se pueden prolongar por un periodo máximo de cinco meses, mientras se pone en marcha la empresa, y acceso grstuito a espacios donde terminar de desarrollar cada proyecto empresarial, con el fin de favorecer el cada vez más popular `coworking´ entre los propios emprendedores.